2.5.13

...de corazón.

Anoche me di cuenta, una vez más, de la importancia que cobran en nuestras vidas personales todos aquellos que nos escuchan del otro lado de la bocina... todos los que se toman el tiempo y comparten con nosotros las locuras que se nos ocurren y que terminamos escupiendo a través de un micrófono.

Ustedes me conocen, soy la chida de la historia y asumo que mi personalidad es bastante clara... aunque no lo es la aceptación que esta tiene por parte del público del vecindario. A veces sé que me paso de la raya con los 'cariños' que les envío y que se traducen en putos, chinguenasumadre, melapinchespelandurísmo y unos largos, además de floridos, etcéteras acompañados de todo el cariño que puede salir de este corazoncillo de porra.

Resulta que la locución no es mi profesión, al menos no lo es con un papel que lo avale... y ninguno de los locutores que conformamos la alineación de este hermoso proyecto, es un profesional en esto de la 'microfoneada'... al menos, al igual que yo, no en papel... Las vidas privadas de cada uno de nosotros, son eso, privadas y no hay razón suficiente como para intentar que sea distinto... sin embargo, y aunque lo que ustedes conocen y perciben a través de sus bocinas y/o auriculares es un personaje, mucho de nosotros y nuestras realidades logra colarse y, ¿saben qué?... eso es lo que da vida a todo esto.

Las 7 personas que integramos el equipo del vecindario, y me atrevo a decirlo dejando de lado la modestia, somos seres humanos de grande corazón... si quieren me salgo de la lista porque es incómodo hablar bien de uno mismo... pero puedo decir, sin temor alguno a equivocarme, que Yoly Rosales, Caro, Jazmín, Pito, Edwin y Héctor son de los mejores seres humanos que yo he conocido... y eso que a varios de ellos no los he visto aún en persona... pero conozco a la persona y eso, créanme, es invaluable.

En el programa de ayer, miércoles 1 de mayo, ya casi para finalizar la transmisión; sucedió algo que, quienes escucharon no me dejarán mentir, sacudió el alma y los corazones de todos los ahí presentes... por azares de la vida y coincidencias felices del destino, @Yosoyculero encontró a personas de su familia, muy queridas por él, a través del Facebook... la emoción lo embargó de tal manera que las lágrimas no pudieron ser contenidas y ahí, queridos lectores y radioescuchas, es donde descubrí... una vez más... que ese hombre sensible, que no teme exhibir sus emociones tan claras y honestas como solo él puede hacerlo, es de quien me enamoré... el que es mi cómplice de vida, de planes y, por supuesto, mi compañero fiel en esta increíble aventura que se llama EL VECINDARIO.

De inmediato se hizo presente el apoyo de todos ustedes, sí... que sin conocernos más allá de lo que escuchan en cada programa, nos hacen sentir arropados, seguros y felices... ¡Muchas gracias!

Los vecinos vivimos todos en diferentes puntos del país... pero no ha sido eso un obstáculo para que formemos una familia, un grupo de amigos que confían los unos en los otros, incluso en cuestiones muy muy personales... En todos los departamentos de este vecindario existe confianza, hermandad, apoyo... ¡amor!. Me gusta rondar por los pasillos de este lugar, oler las cosas deliciosas que cocina Yoly, ver a Caro desvelarse mientras hace su tarea y come una 'magnum' de almendras, apagar la luz del depa de Jazinta cuando se queda dormida con los audífonos puestos, ayudar a Edwin a calentar un biberón cuando Dante se queda con pila de más, fingir que me causan gracia los chistes de mi carnalito Pito y al final, cuando el sueño ya está por vencerme, ir a mi departamento y acurrucarme en el pecho de Héctor mientras sus brazos me rodean protectores...

¿Pa qué quiero más?... 

¡¡Puro Vecindario rules, señores!!

La Chida de la historia.